lunes, 13 de julio de 2015



Decálogo del activista de Derechos Humanos. Por Liu Santiesteban

Siempre tienes mi apoyo y yo siempre tengo el tuyo.

Siempre te animo y tú siempre me animas. Los pesimistas no ganan guerras.

Antes de disparar contra un posible traidor, revisa si tienes a tiro un enemigo declarado.

Observa a los nuevos activistas; si son coherentes y limpios durante un tiempo prolongado, podrás confiar en ellos.

Muchos solo suelen unirse sobre la base de un enemigo común. Encuéntralos y atácalos sin descanso.  Posterga los temas que dividen.

No existe paz cuando te arrebatan tus derechos elementales. Recuperarlos requiere pensamiento y actitud de guerreros.

Comparte cada injusticia que veas, así cuando sean injustos contigo tendrás un ejército dispuesto a compartir la tuya.

Tus enemigos tienen el poder del dinero y la mentira, tú tienes el poder de la tecnología y la verdad: ¡úsalo!

No abandones tu patria bajo ningún concepto. En imprescindible  quedarse y (si ya estás fuera) apoyar a todos los que luchan para lograr la libertad.

Protesta ahora o calla para siempre.